Aplicando los indicadores recomendados por Conecta 13 expongo mi praxis cooperativa en mi docencia
Elaboración propia |
El trabajo colaborativo es altamente recomendable en los procesos de enseñanza-aprendizaje, únicamente impedimentos de temporización o exigencias de curriculum, o bien de sobrecarga de esfuerzo del alumnado deben ser atenuantes o dosificadores de su aplicación y uso. De este modo se atiende la diversidad y los diferentes ritmos de aprendizaje del aula y se aprovecha la inteligencia colectiva del grupo. En mi docencia trabajo con formatos de propouestas colaborativas tipo 'rompecabezas' con equipos de base y equipos de expertos, y en grupos de 2 a 4 pax para realizar trabajos colaborativos dentro y fuera del aula, para después compartir los resultados a nivel de grupo-clasel realizando una autoevaluación por parte del alumnado como resultado de sus inferencias. El trabajo colaborativo fuera del aula lo posibilito a través de EVA variados: Moodle, Google Drive y Google +, de esta manera las aulas no tienen paredes.
Fuente: fotosimagenes.org |
En cuanto al aprendizaje colaborativo en mi centro, como cualquier otro centro de las Islas Baleares encuentro unas facilidades y unos impedimentos:
Facilidades:
-
Total libertad en la praxis docente y metodologías
activas que posibilitan los trabajos colaborativos.
-
Dichas metodologías activas trabajan directamente
destrezas, habilidades y la aplicación a la práctica del conocimiento, es decir
las CCBB; existe una convergencia del modelo educativo hacia este paradigma
docente, y cada vez más existe profesorado con experiencias en este campo.
-
Las TIC y TAC y nuestra progresiva formación
digital.
-
Con predisposición por parte del docente cada
vez existen más facilidades para la implementación en las aulas del trabajo
colaborativo.
Dificultades:
- Sensación de caos y de movimiento del alumnado en el aula.
- Reticencias del alumnado ya que algunos de ellos,
- Parasitismo en los esfuerzos.
- Muestran un carácter reservado y egoísta.
- Actitudes individualistas y espíritu competitivo.
- Escasa cultura y habilidades del alumnado a trabajar colaborativamente, realizan trabajos conjuntamente como resultado de la división y reparto de las tareas del trabajo, pero no aplican trabajo colaborativo.
- Resistencia ya que se prefiere, por su familiaridad o sensación de seguridad, secuencias lineales con clases magistrales y actividades individuales de acompañamiento.
A nivel
organizativo de centro:
- Los horarios sobrecargados en horas lectivas y la imposibilidad de realizar reuniones de coordinación entre el profesorado.
- Inexistencia en algunos centros de una ‘cultura de centro’ para estas metodologias.
- La movilidad del alumnado entre las aulas materia diferentes (en dichas aulas la ubicación de las mesas y sillas no se encuentran dispuestas por grupos).
Un consejo a los docentes basado
en mi experiencia. Para su buen funcionamiento y para su optimización en
eficiencia y eficacia se requieren clases iniciales de alfabetización (normas,
organización, pautas de funcionamiento, etc) en trabajos colaborativos, pero
merece la pena su aplicación, los resultados finales son concluyentes.
y una reflexión:
“La capacidad de todos los
alumnos de aprender a trabajar cooperativamente con los demás es la piedra
clave para construir y mantener matrimonios, familias, carreras y amistades
estables. Ser capaz de realizar habilidades técnicas como leer, hablar,
escuchar, escribir, calcular y resolver problemas es algo valioso pero poco
útil si la persona no puede aplicar estas habilidades en una interacción
cooperativa con las otras personas en el trabajo, en la familia y en los
entornos comunitarios. La manera más lógica de enfatizar el uso del
conocimiento y las habilidades de los alumnos dentro de un marco cooperativo, tal
como deberán hacer cuando sean miembros adultos de la sociedad, es dedicar
mucho tiempo al aprendizaje de estas habilidades en relaciones cooperativas con
los demás”
Johnson y Johnson (1997).
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